La Dra. Brenda Modak, investigadora y académica de la Facultad de Química y Biología, lideró el equipo de investigación que creó una vacuna para combatir la bacteria P. salmonis, utilizando extractos de dos plantas nativas de la Región de Atacama. En la actualidad, esta tecnología se encuentra patentada en Chile, cuya tramitación fue apoyada por la Dirección de Gestión Tecnológica de la VRIIC.
En las últimas décadas, Chile ha logrado convertirse en el cuarto país exportador de productos del mar en el mundo.
Dichas exportaciones bordean los US$ 5.900 millones, según lo revela el reporte “Estadio Mundial de la Pesca y Acuicultura 2022” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En este impulso que ha tenido la industria, el salmón se ha convertido en uno de los productos acuícolas que más se comercializa a nivel mundial, ubicando a nuestro país como el segundo mayor productor, después de Noruega.
Pese al éxito de la industria salmonera chilena en el mercado internacional y los millones de dólares que cada año reportan las exportaciones, también hay otros desafíos que los productores requieren resolver con urgencia como son las condiciones de los sistemas de cultivos de las pisciculturas. Ejemplo de ello, es el constante estrés al cual son sometidos los peces, ya sea por manipulación, transporte y variables ambientales, entre otros.
Todos estos factores inciden en la propagación de las enfermedades infecciosas que afectan el manejo y la sobrevivencia de los salmones, siendo una de las más peligrosas la Septicemia rickettsial salmonídea (SRS). Esta es causada por la bacteria Piscirickettsia salmonis , responsable de la mortalidad de más de 50% de la población de esta especie.
Para dar solución a esta problemática, un equipo de investigación de la USACH, liderado por la Dra. Brenda Modak, investigadora y académica de la Facultad de Química y Biología, creó una vacuna para poder prevenir y controlar la bacteria que causa la enfermedad.
Para ello, se desarrolló una composición inmunoestimulante para organismos acuáticos que comprende microbacterias de P. salmonis conjugado con derivados terpénicos de exudados resinosos de la especie vegetal Heliotropium filifoliumun o un derivado que se obtiene naturalmente de Heliotropium huascoense, además de un método y uso para inmunizar dichos organismos acuáticos contra una infección.
Al respecto, la Dra. Brenda Modak comenta “que a través del uso de la vacuna buscamos potenciar la respuesta inmune en los salmones, no sólo administrando la dosis para combatir el patógeno Piscirickettsia salmonis entre especies enfermas, sino también prevenir la infección, aplicando la vacuna en peces sanos”.
Otro aspecto que destaca la investigadora, es el uso de las especies Heliotropium filifoliumun y Heliotropium huascoense como parte de la formulación de la vacuna. Ambas plantas son endémicas de la Región de Atacama, que se caracterizan por generar una resina que las envuelve ante las condiciones ambientales adversas que tiene este territorio. Dichas resinas sirvieron para la obtención del compuesto natural que tiene la inyección, por lo cual tras su utilización “no contamina las aguas marina, como ocurre cuando se ocupan productos sintéticos”, expresa.
Respecto a los beneficios que busca traer la invención para la industria salmonera, está una mejora en los estándares de sanidad, manejo y crianza en los cultivos de peces. De esa manera, se quiere garantizar una producción sostenida y de calidad para seguir liderando las exportaciones en el mercado mundial.
En la actualidad, esta tecnología USACH se encuentra con patente concedida en Chile, trámite que fue apoyado por nuestra Dirección de Gestión Tecnológica de la VRIIC.
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