El encuentro reunió a más de 170 especialistas de distintas regiones del país junto a destacados invitados internacionales, con el propósito de discutir los desafíos éticos del presente y proyectar nuevos criterios y herramientas que fortalezcan la evaluación ética en ámbitos científicos, tecnológicos y sociales. La actividad fue desarrollada por el Comité de Ética Institucional, perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación, en conjunto con la Facultad de Ciencias Médicas y la Facultad de Ingeniería. Además contó con el patrocinio de la Fundación española Víctor Grífols y del Ministerio de Salud.
Bajo el lema “Abriendo espacios para la deliberación de temas emergentes”, el encuentro se realizó los días 26, 27 y 28 de noviembre y congregó a comunidades académicas, comités de ética y especialistas de diversas áreas para reflexionar colectivamente sobre los desafíos que hoy atraviesan la ética y la bioética en un contexto de acelerado desarrollo científico y tecnológico.
En esta quinta versión, el congreso contempló tres ejes temáticos relevantes para la discusión contemporánea: Ética, salud pública y medio ambiente, Ética de la investigación e Inteligencia artificial en donde se abordaron temas como la justicia sanitaria, la sostenibilidad ambiental, la integridad científica y las implicancias morales del desarrollo tecnológico, promoviendo una mirada crítica y responsable sobre el rol de la ciencia en la sociedad.
Al respecto, el Vicerrector de Investigación, Innovación y Creación, Dr. Pablo Donoso, destacó la relevancia del congreso como un espacio de reflexión colectiva frente a los desafíos éticos que acompañan al conocimiento y la tecnología:
“La ética y la bioética se vuelven pilares indispensables para orientar nuestras decisiones. No basta con preguntarnos qué podemos hacer; debemos preguntarnos, con igual rigor, qué debemos hacer y para qué. Este congreso es una expresión de ese compromiso: un espacio donde convergen saberes, disciplinas y experiencias diversas para pensar juntos los dilemas morales que acompañan a la ciencia, la salud, la tecnología y el medioambiente”, señaló.
Reflexiones y retos
Durante las jornadas se discutieron retos que hoy atraviesan a los comités de ética del país, especialmente frente al aumento de proyectos vinculados a inteligencia artificial, cuyo impacto en la vida cotidiana, particularmente en las nuevas generaciones, exige nuevas capacidades y criterios de evaluación.
Para el presidente del Comité de Ética, Dr. Jairo Venegas, el encuentro permitió recoger una visión amplia sobre el estado actual del trabajo que hace un comité. En ese sentido, la diversidad de ponencias y la presencia de comités de distintas regiones hicieron visible la complejidad de los desafíos que enfrenta hoy la evaluación ética, desde las discusiones en salud pública hasta la necesidad de fortalecer los procesos de capacitación y acreditación.
“Más que respuestas cerradas, este congreso nos deja una serie de retos importantes. La participación de comités de distintas regiones mostró que cada territorio enfrenta realidades y necesidades distintas, y que la formación continua es clave para fortalecer nuestro trabajo ético y avanzar hacia evaluaciones más sólidas y coherentes”, afirmó.
Un punto que también marcó la discusión fue la necesidad de profundizar en herramientas de evaluación que reconozcan las particularidades culturales de ciertos contextos de investigación, especialmente cuando se trabaja con comunidades que entienden la participación y la toma de decisiones desde modelos colectivos. Esto implica fortalecer criterios que integren dimensiones éticas propias de cada comunidad y avanzar hacia procedimientos que valoren las relaciones, los acuerdos y la construcción conjunta del conocimiento, más allá de los formatos tradicionales utilizados en la evaluación ética.
“Muchos proyectos no pueden evaluarse sólo con una lista de verificación. Cuando trabajamos con pueblos originarios, adolescentes u otros grupos con dinámicas propias, debemos entender que sus realidades no encajan en criterios estandarizados. Esto nos obliga a adaptar los instrumentos y a moldear nuestros procesos de evaluación, incluso frente a temas más globales como la inteligencia artificial”, señaló el Dr. Jairo Venegas.
Investigaciones premiadas
En esta quinta versión, el congreso también reconoció a los trabajos destacados en modalidad póster. Uno de ellos fue “Avances en modelos alternativos a animales: organoides y órganos en chip utilizados en investigación biomédica”, presentado por un equipo de la Universidad Bernardo O’Higgins, el cual es un estudio que revisa el desarrollo y potencial de estas tecnologías como alternativas éticas y más predictivas frente al tradicional uso de animales en investigación, destacando su capacidad para simular funciones humanas con alta precisión y su aporte al principio de las 3R en investigación biomédica.
El segundo trabajo premiado fue “Guías, protocolos y orientaciones para el uso de inteligencia artificial en educación médica: consideraciones éticas”, también desarrollado por investigadores de la Universidad Bernardo O’Higgins, el cual analizó recomendaciones internacionales para el uso responsable de IA en formación médica, poniendo énfasis en desafíos como la transparencia algorítmica, la protección de datos sensibles, los sesgos y la centralidad del juicio humano, así como la necesidad de que instituciones formativas cuenten con políticas claras y procesos de evaluación continua.
Por último, el Dr. Jairo Vanegas aprovechó la instancia para destacar el trabajo conjunto que permitió dar vida al encuentro, mencionando que:
“Detrás de este congreso hubo un equipo comprometido desde el inicio. Tanto la Vicerrectoría de Investigación como las y los funcionarios y académicos del Comité de Ética aportaron horas de trabajo y dedicación. Sin ese esfuerzo colectivo, este tipo de instancias no serían posibles. La ética se construye en diálogo, pero también en colaboración”.
Texto: Camilo Araya Bernales
Fotografías: Comunicaciones Vriic












